Una familia cristiana, atacada por una multitud enfurecida en Pakistán
Un hogar fue atacado brutalmente después de una falsa acusación; haber quemado páginas del Corán. Una turba de fanáticos destruyó su casa y su negocio. Como resultado del ataque una víctima, en estado crítico, se encuentra hospitalizada.
El pasado sábado, 25 de mayo, una familia cristiana de Pakistán sufrió un violento ataque a manos de una turba enfurecida de fanáticos musulmanes, a raíz de una falsa acusación de blasfemia.
Según la información obtenida por la Fundación Pontificia Internacional Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), dicha acusación ha provocado una nueva oleada de terror contra los cristianos.
Nazir Gill Masih, propietario de una fábrica de zapatos en la colonia Gillwala Mujahid de Sargodha, Punjab, fue golpeado brutalmente a raíz de la falsa acusación. Entre las 7:00 a.m. y las 8:00 a.m., una multitud atacó a la familia, saqueando y quemando su fábrica como su casa. Diez miembros de la familia lograron escapar, pero Nazir Gill Masih fue brutalmente golpeado y herido de gravedad antes de que llegara la policía y consiguiera apartarlo de la turba. Entonces, fue trasladado al hospital para recibir atención médica urgente.
Naeem Yousaf Gill, director ejecutivo de la Comisión Nacional (católica) de Justicia y Paz, ha informado a ACN de que estos ataques están probablemente motivados por rivalidades comerciales y disputas personales. «Las razones definitivas quedarán claras tras la investigación», ha afirmado.
El arzobispo de Islamabad-Rawalpindi, Joseph Arshad, visitó Sargodha el mismo día de los incidentes. «Ha sido un golpe tremendo. Me entristeció mucho enterarme del ataque. Este ataque es inhumano. Fui inmediatamente a Sargodha, porque está en mi diócesis, y tenía que estar con mi gente para animar a mi gente y a mis sacerdotes, y hablar con la administración para ver si están llevando a cabo una investigación justa de los incidentes», dijo a ACN.
En una llamada telefónica con ACN, el arzobispo insta al gobierno a introducir políticas estrictas para evitar estos incidentes extremistas y violentos y garantizar la seguridad de la comunidad cristiana: «A nadie se le permite tomarse la justicia por su mano, y esto está ocurriendo en Pakistán. Deben introducir políticas para garantizar que este tipo de incidentes no vuelvan a ocurrir», dijo.
El líder católico explicó que «la situación está bajo control en este momento, pero la población cristiana sigue con miedo, la mayoría de ellos se han ido a vivir con otros familiares. Cáritas estará a su lado si necesita algún tipo de apoyo».
Diferentes fuentes han confirmado a ACN que Nazir se encuentra en la unidad de cuidados intensivos en estado crítico. Los brutales vídeos e imágenes enviados a ACN, en los que se ve a un anciano ensangrentado e inconsciente, corroboran el dramático estado de salud de Nazir. «También otro hombre que intentó salvar a Nazir fue golpeado por la turba», afirmó Naeem Yousaf Gill. «El resto de la familia no ha sufrido daños y está bajo protección policial», dijo Naeem.
La blasfemia es un delito capital en Pakistán, castigado con la pena de muerte o cadena perpetua. Sin embargo, no son raras las falsas acusaciones de blasfemia que dan lugar a la formación de muchedumbres que se toman la justicia por su mano y linchan a los sospechosos.
El profesor Shadid Mobeen, colaborador del Informe sobre libertad religiosa en el mundo de ACN y sobrino de la víctima, ha confirmado el incidente y la crítica situación de Nazir Masih. Además, ha señalado ante ACN que «el papel de la comunidad internacional y de los medios de comunicación internacionales es esencial a la hora de presionar a Pakistán para que proteja a sus minorías religiosas ante esta mentalidad extremista».
ACN condena enérgicamente el ataque y la violencia ejercida contra la comunidad cristiana. La fundación se solidariza con la familia afectada y con toda la comunidad cristiana paquistaní.
Este ataque recuerda a los disturbios en Jaranwala, desencadenados el 16 de agosto de 2023 por otra falsa acusación de blasfemia: en aquella ocasión, empezaron a correr rumores de que unos hermanos habían faltado al respeto al Corán. Las turbas procedieron entonces a atacar a los cristianos y a sus hogares y lugares de culto.