Turquía: La Tierra Santa olvidada
ACN está ayudando a la archidiócesis de Esmirna a mantener la presencia cristiana en Turquía.
El arzobispo de Esmirna, Mons. Martin Kmetec, considera que Turquía es “la Tierra Santa olvidada”. “La Iglesia de Esmirna es la única de las Siete Iglesias del Apocalipsis que ha sobrevivido hasta nuestros días”, explica este franciscano nacido en Eslovenia durante una visita a la sede internacional de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN). La antigua ciudad de Éfeso -donde se encuentran la casa de la Virgen María y la tumba de san Juan- también está dentro de su archidiócesis. Es la tierra donde san Pablo y san Juan predicaron por primera vez el Evangelio. A pesar de este rico patrimonio, solo hay “150.000 cristianos entre los aproximadamente 85 millones de habitantes de Turquía”, indica el arzobispo.
Tierra de mártires
Tras pasar los últimos 22 años en Turquía, el arzobispo Kmetec cree firmemente que la Iglesia tiene el deber de mantener una presencia en el país: “Se lo debemos a Cristo, se lo debemos a la historia de estas tierras y se lo debemos a sus mártires”, asegura el arzobispo durante su visita a ACN. La ciudad de Esmirna es donde fue martirizado san Policarpo a mediados del siglo II, así como el lugar de nacimiento del discípulo de Policarpo, san Ireneo, que más tarde sería obispo de Lyon.
Para mantener la presencia cristiana en esta tierra de mártires, ACN proporciona ayuda a la archidiócesis de Esmirna en esta misión especial. Por ejemplo, la fundación está apoyando la renovación de la iglesia de san Policarpo, dañada por el terremoto en el Mar Egeo del 30 de octubre de 2020. El seísmo devastó Esmirna y murieron más de cien personas. La iglesia forma parte del monasterio que fue construido por capuchinos franceses en 1625 y se encuentra en el corazón de la comunidad cristiana de Esmirna. Del mismo modo, la fundación pontificia está financiando la renovación de la iglesia de los dominicanos en Konak, un distrito de la provincia de Esmirna, que también resultó dañado por el terremoto de 2020.
Mantener viva la luz de la fe
A pesar de abarcar unos 100.000 km², la archidiócesis de Esmirna en Anatolia occidental solo alberga a 5.000 católicos. Según explica Mons. Kmetec, al frente de la archidiócesis desde hace tres años, durante mucho tiempo, una parte considerable de los fieles católicos pertenecían a la Iglesia latina y eran descendientes de católicos italianos, franceses y otros países europeos que se asentaron en la región en tiempos del Imperio Otomano. Desde entonces, el número de creyentes de la Iglesia latina está en continuo descenso, debido principalmente a la emigración. Según el arzobispo, este déficit de católicos de la Iglesia latina en la archidiócesis se ha visto compensado en los últimos años por “la migración de católicos de África y Asia a Turquía”.
Debido al reducido número de católicos en su archidiócesis, el arzobispo afirma que una de sus principales prioridades es “mantener viva la luz del cristianismo”. Con un número tan pequeño de fieles, la archidiócesis no dispone de fondos suficientes para mantener las iglesias y demás edificios. Por eso, la ayuda proporcionada por ACN es un salvavidas para la comunidad cristiana de la región y para mantener la presencia cristiana en Turquía, esa tierra que fue tan importante para la historia de la Iglesia primitiva y donde los seguidores de Jesús recibieron por primera vez el nombre de cristianos.
En los últimos cinco años, ACN ha apoyado doce proyectos en la archidiócesis de Esmirna por valor de 485.000 euros. Estos proyectos incluyen la renovación de iglesias dañadas por terremotos, ayuda de emergencia para refugiados cristianos de Oriente Próximo y África, suministro de material catequético y apoyo a la formación de los futuros sacerdotes.