Rusia: Apoyo a las obras de renovación del hospicio infantil ortodoxo de San Petersburgo
Desde hace 17 años, ACN viene apoyando el primer hospicio infantil ruso, fundado en 2003 por el sacerdote ortodoxo Aleksandr Tkachenko. Este sacerdote recibió una formación especializada como capellán de hospital en Estados Unidos, y allí comprendió que en Rusia también había una necesidad urgente de mejorar la atención a los niños con enfermedades terminales y a sus familias. Y es que lo habitual era que estos niños fueran sin más enviados del hospital a casa cuando ya no cabía aplicar un tratamiento, y a las familias se las dejaba completamente solas con el problema.
Todo empezó de forma muy modesta: el joven sacerdote cargaba un coche con suministros de ayuda y visitaba a las familias afectadas en sus casas. Sin embargo, cuando vio que eso no era suficiente, fundó el primer hospicio infantil en San Petersburgo en estrecha colaboración con médicos especialistas y psicólogos. Allí los niños enfermos no solo reciben una atención médica competente, sino que se les brinda a ellos y a sus familias un apoyo integral y cariñoso. La oferta abarca desde diversos tipos de terapia que aumentan la calidad de vida de los niños -en su mayoría, enfermos de cáncer-, hasta un esfuerzo dedicado a brindar a los niños todas las alegrías imaginables y permitirles llevar una vida lo más normal y propia de su edad posible. Algunos niños están tan acostumbrados a la soledad, el dolor y el aislamiento que cuando llegan al hospicio es difícil motivarlos para que se abran a actividades alegres. Allí entran las educadoras sociales, que atienden a estos niños con especial sensibilidad. Médicos, psicólogos, trabajadores sociales, sacerdotes, voluntarios,… todos trabajan mano a mano para aliviar la difícil situación de los niños y sus familias. El componente pastoral también es importante aquí: “No predicamos en el lecho de los enfermos, pero, en estas situaciones, la gente acude a nosotros con muchas preguntas muy profundas, y nosotros, los sacerdotes, tratamos de ayudarlos a encontrar la paz interior”, indica el P. Aleksandr. También las familias que cuidan de sus hijos enfermos en sus casas reciben apoyo médico, psicológico y pastoral.
Entretanto ha sido posible abrir otro hospicio en Moscú, y otros han seguido su ejemplo. El P. Aleksandr, que ahora tiene el rango de Arcipreste, se ha convertido en un experto muy solicitado en el ámbito de la labor en hospicios.
Incluso el Patriarca Kirill, cabeza de la Iglesia Ortodoxa Rusa, ha visitado el hospicio infantil, quedándose muy impresionado. Cuando le preguntaron en una entrevista televisiva acerca de una experiencia que le hubiera conmovido de manera especial, mencionó su visita al hospicio del Arcipreste Aleksandr. También más tarde, el Patriarca ha alabado repetidamente este proyecto en público.
Para ACN, este proyecto es uno de los más bellos y exitosos ejemplos de una fructífera y constructiva colaboración entre las Iglesias Católica y Ortodoxa Rusa, colaboración que la fundación pontificia viene promoviendo desde hace casi treinta años. Desde el histórico encuentro entre el Papa Francisco y el Patriarca Kirill en La Habana en febrero de 2016, esta cooperación se ha intensificado, y con este fin se creó un grupo de trabajo ecuménico que promueve, por un lado, proyectos concretos, y por otro, el intercambio de experiencias entre ambas Iglesias. El hospicio infantil del P. Aleksandr es un excelente ejemplo de cooperación concreta en beneficio de personas que sufren, y el sacerdote también es un invitado muy solicitado en las conferencias ecuménicas cuando se habla de la pastoral en los hospitales, la ética y la labor en los hospicios.
El edificio de San Petersburgo que hasta hoy alberga el primer hospicio infantil precisa ahora de una renovación, y ACN quiere apoyarla con 30.000 euros.