La Semana Roja, conocida como Red Week, fue lanzada por vez primera en 2015, y tiene como propósito llamar la atención del mundo sobre el drama que enfrentan nuestros hermanos cristianos, quienes son objeto de ataques, secuestros y asesinatos debido a su fe, pero también visibilizar a todos aquellos hombres y mujeres valientes que entregan su vida y se desgastan día a día por llevar el amor del Evangelio a quienes más lo necesitan.
Gloria Cecilia Narváez Argoty es profesional en educación y en administración educativa, ha sido rectora de algunos colegios públicos y privados, además de ejercer cargos administrativos en la Universidad Mariana de Pasto. Pero todo esto pasa a un tercer plano cuando se habla de la Hermana Gloria, misionera por excelencia y ejemplo vivo de fe, resiliencia y fortaleza.
En medio de su largo cautiverio, padeciendo severos maltratos, tuvo espacio para reflexionar sobre muchas cosas, su condición religiosa, su trabajo como misionera, y pudo comprender su secuestro como una verdadera oportunidad, lo que habla claramente del temple y la madurez de la fe que ostenta una persona como la Hermana Gloria Cecilia: “Es una oportunidad que Dios me da para ver mi vida, cómo ha sido mi respuesta a Él… una suerte de Éxodo”.
Frente a los padecimientos, muchas veces recordaba las enseñanzas de la Beata Caridad Brader: “calla, para que Dios te defienda”, y de su madre, Rosa: “siempre serena, Gloria, siempre serena”. Incluso en momentos en los que la golpeaban sin ninguna razón, o simplemente por estar haciendo sus oraciones, se decía a sí misma: “Dios mío, es duro estar encadenada y recibir golpes, pero vivo este momento como Tú me lo presentas… Y a pesar de todo, yo no quisiera que a ninguno de estos señores (sus captores) les hicieran daño”.