RDC: ¡Que el Gobierno asuma sus responsabilidades!
Los obispos de la provincia eclesiastica de Bukavu, en el extremo oriental de la República Democrática del Congo (RDC), denuncian en una declaración sin concesiones la incapacidad de la Administración de acometer los retos que se le presentan.
Los obispos de seis diócesis (Bukavu, Butembo-Beni, Goma, Kasongo, Kindu y Uvira) de la República Democrática del Congo han dirigido, después de su reunión ordinaria, una serie de advertencias al Gobierno del país. Sus diócesis están situadas en Kivu Norte y Kivu Sur, en la frontera con Ruanda, donde hay inmensos recursos naturales.
Además del buen clima y la fertilidad de la tierra, estas regiones albergan recursos mineros como, en particular, coltán, un mineral indispensable para dispositivos electrónicos de alta tecnología. Sin embargo, estas bendiciones se han tornado en una maldición para los habitantes, pues estos se ven sometidos a la violencia de milicias armadas que se apoderan de sus territorios para explotar sus riquezas.
Por desgracia, el Gobierno del país no está a la altura del desafío. Los obispos, respaldados por el importante papel social que desempeña la Iglesia congoleña, no temen en denunciar abiertamente en un comunicado que ha recibido la fundación ACN el fracaso de la Administración estatal, que acarrea consecuencias dramáticas para sus fieles.
Las fuerzas de seguridad se muestran incapaces de frenar la violencia de múltiples grupos armados, cuyo objetivo es dominar franjas enteras de territorio congoleño y tratar de provocar la secesión del país con una política de terror. La crueldad ejercida contra la población y el sufrimiento de la Iglesia, se expresan claramente enel comunicado de los obispos.
“La pastoral se ve perturbada por el activismo de los grupos rebeldes ADF-NALU y otros grupos armados que masacran cruelmente a ciudadanos pacíficos, incluso en la cercanía de posiciones de las fuerzas de seguridad que, se supone, deberían protegerlos”, dice el comunicado.
Los obispos expresan sospechas de que algunos de los grupos armados que operan en la región están financiados y controlados por países vecinos: “Nos preguntamos por qué el Estado congoleño sigue invitando a ejércitos extranjeros con mandatos desconocidos cuando ya ha sido levantado por el Consejo de Seguridad de la ONU el embargo que impedía al Gobierno congoleño procurarse armas para garantizar la seguridad del territorio y de sus habitantes. ¿Cómo se explica que sigamos externalizando la cuestión de la seguridad territorial?”.
Por otra parte, las recientes catástrofes naturales, como las inundaciones y corrimientos de tierra de mayo de 2023, han provocado la muerte de cientos de personas, en gran parte, debido al estado ruinoso de las infraestructuras, denuncian los obispos: “A la vista de la magnitud de esta enésima catástrofe natural, seguimos convencidos de que si los servicios del Estado responsables de la gestión territorial y medioambiental hubieran hecho bien su trabajo, seguramente se habrían salvado vidas humanas y se podrían haber evitado tales desgracias”.
Por último, y con vistas a la importancia de las próximas elecciones presidenciales de diciembre, los obispos desean recordarle al Gobierno que no se dan muchas de las condiciones necesarias para que los comicios se desarrollen de acuerdo con los valores democráticos: “Los equipos y procesos utilizados para llevar a cabo esta importante actividad han mostrado en el pasado sus limitaciones respecto a la confección de las papeletas para los electores, el mal funcionamiento de las máquinas electrónicas, la lentitud de los agentes, el cierre de la inscripción antes de quedar registrados todos los votantes…; todo ello no augura un resultado satisfactorio del proceso electoral”.
Dirigiéndose a la comunidad internacional, los obispos, recuerdan que la RDC es un Estado soberano y no una tierra que se pueda saquear impunemente. Por ello, denuncian la actitud de las empresas que se benefician del saqueo de los recursos naturales y concluyen repitiendo el llamamiento del papa Francisco durante su visita en enero-febrero de 2023: “¡No toquen la República Democrática del Congo, no toquen África! Dejen de asfixiarla, porque África no es una mina que explotar ni una tierra que saquear”.