Pakistán: Ayuda de emergencia por el Covid-19 para tres diócesis – história de éxito
En Pakistán, los cristianos son considerados ciudadanos de segunda clase. Allí se les insulta, discrimina y presiona, y rara vez tienen la oportunidad de progresar socialmente. La mayoría de ellos tienen que trabajar en empleos mal pagados – a menudo como jornaleros – en fábricas de ladrillos, en la limpieza de la canalización, como barrenderos, conductores de rickshaw o empleados domésticos. Sus ingresos solo les permiten vivir al día.
La pandemia del coronavirus ha empeorado su situación, pues muchos han perdido sus trabajos durante el confinamiento, sin ahorros a los que recurrir. Aunque muchos musulmanes están en una situación similar, estos al menos pueden contar con la ayuda de las ONG locales. En cambio, a los no musulmanes a menudo se les niega cualquier ayuda.
El coronavirus de la corona se está extendiendo rápidamente por Pakistán: en la segunda quincena de junio, siguieron produciéndose diariamente más de 1.000 nuevos contagios, con un elevado número de casos no notificados. A fecha de 27 de julio, la cifra oficial de casos confirmados era de casi 274.300 infectados, con más de 5.840 muertos.
Durante el confinamiento, ACN ha puesto en marcha un programa de emergencia para las Diócesis de Faisalabad, Islamabad-Rawalpindi y Lahore por un total de 150.000 euros: 5.000 familias necesitadas, en su mayoría cristianas, han recibido alimentos, y a los sacerdotes y catequistas se les ha proporcionado además material de protección como máscarillas y desinfectantes para que puedan seguir atendiendo a los fieles en sus necesidades materiales y espirituales. Dado que muchas personas no tienen acceso a Internet, también se ha lanzado un programa sobre el Covid-19 a través de la radio local y la distribución de folletos para informar a la gente acerca de cómo protegerse del contagio. Además, se han otorgado becas escolares a alumnos de familias especialmente necesitadas para que puedan continuar su educación después del confinamiento aunque sus padres hayan perdido sus ingresos.
Aneel Mushtaq, secretario ejecutivo de la Cáritas de Pakistán, que ha colaborado con ACN en este proyecto, ha comunicado a la fundación pontificia: “La ayuda que ACN nos ha proporcionado ha ayudado a salvar a la gente de morir de hambre. Muchos no tenían nada que poner sobre la mesa para alimentar a sus familias y se encontraban en una situación terrible”. ¡Dios se lo pague a todos los que han contribuido a este proyecto!