Los benefactores se parecen a los monjes, porque ellos “ayudan a personas que no conocen”
Por: María Ximena Rondón
Los monjes y las religiosas tienen algo en común con sus benefactores: ayudan espiritual o materialmente a quien no conocen. La comunidad de las Hermanas de la Fraternidad Monástica Abba Padre localizada en Paraná, en el centro de Argentina, reconoce ese punto de unión y está agradecida con todos los benefactores de la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre, pues con su apoyo han construido su monasterio y subsisten para dedicarse a su misión principal: la oración.
En diálogo con ACN, la Hermana Andrea contó que su congregación tiene 28 años de fundación, que las solicitudes de ayuda son realizadas por la Casa Madre, ubicada en la provincia de Córdoba, y que la comunidad en Paraná, que tiene ocho años de existencia, recibe ayudas de la fundación desde el año 2021.
Entre estas, figuran la construcción del monasterio y de las ermitas, donde residen las hermanas. Según la religiosa, este apoyo es muy importante porque su comunidad tiene una buena acogida de la gente, quienes suelen congregarse en sus instalaciones para orar y participar en la Eucaristía. Además, ellas tienen un apostolado especial para los jóvenes y se distinguen por la pintura de los íconos, que adornan su capilla recién consagrada.
“Nosotras acogemos al hermano que viene, los escuchamos, oramos por ellos… Nosotras como monjas ofrecemos nuestra vida”, expresó la Hermana Andrea, quien además comentó que el pasado 26 de octubre el Arzobispo de Paraná, Monseñor Juan Alberto Puiggari, presidió la bendición de la nueva capilla y quedó “sorprendido por la respuesta de la gente”, ya que siendo día laborable estuvo muy concurrida.
Respecto a los jóvenes, las nueve religiosas en Paraná se han planteado como desafío pastoral el acompañamiento espiritual de los jóvenes, para que, en palabras de la Hermana Andrea, “puedan abandonar esta sociedad que estamos construyendo sin Dios y puedan dar ese salto en la fe y en la vocación. Animarse y escuchar qué es lo que Dios está pidiendo en el corazón a cada uno”.
Otro elemento distintivo de las Fraternidad Monástica Abba Padre es la espiritualidad alrededor de los íconos, que pasa desde cada pincelada hasta su bendición para acercar a los fieles al amor de Dios. “Por ahora tenemos a una sola hermana que se encarga de escribir los íconos, así que las que no sabemos pintar hacemos los que se llama reproducción de íconos a partir de láminas e impresiones”, contó la religiosa y agregó que están a la venta para apoyar el sustento de la comunidad.
La unión entre monjas y benefactores
Según cifras recientes de la Dirección Nacional de Estadísticas de Precios (INDEC), del gobierno argentino, en septiembre de 2023 el Índice de Precios al Consumidor (IPC) se incrementó un 12,7% y los precios subieron un 138,3% en el último año.
La Fraternidad Monástica Abba Padre no es inmune a la difícil situación económica en Argentina, ya que la Hermana Andrea indicó que “estamos bastante complicadas con la inflación, y con la venta de nuestras artesanías e insumos religiosos no podemos sostenernos en este momento. Entonces se nos hace imprescindible recibir otro tipo de ayuda económica”. Por ello, han recurrido a ACN para obtener ayudas de subsistencia, con el fin de hacer frente a los gastos y servicios básicos.
“Agradecemos de todo corazón a los hermanos que nos ayudan y que nos facilitan nuestra vida de monjas, porque al ser religiosas nuestra vida es para el Señor, solo con Él y en oración. Tener el tiempo para la oración es gracias a todos estos hermanos que desde atrás nos sostienen económicamente, de lo contrario, para nosotras implicaría redoblar esfuerzos y trabajo, lo que nos quitaría ese tiempo preciosísimo para estar a los pies del Señor, como María, que ha elegido la mejor parte”, manifestó la Hermana Andrea.
En esta generosidad, prosiguió, los benefactores “se parecen un poco a los monjes, porque ellos ayudan económicamente a personas que no conocen, y nosotras como monjas también ayudamos espiritualmente y colaboramos con personas que no conocemos, así que hay un punto de unión entre benefactores y monjes”.
“Solo sabemos que son benefactores y eso es lo único que conocemos de ellos, no conocemos ni un nombre, ni un rostro, pero se los depositamos en el corazón de Dios Padre y Él sí los conoce, conoce sus necesidades”, expresó la religiosa.
Por ello, a nombre de su comunidad, la Hermana Andrea animó a los benefactores a continuar donando para las ayudas de subsistencia para los religiosos y religiosas, y aseguró que “el Señor los recompensa, se entusiasma, que no quepa la menor duda. Nosotras seguimos rezando y ofreciendo la vida por ellos”.
Para conocer más y ayudar, puedes hacer clic en el siguiente enlace: https://www.acncolombia.org/donar/