Libertad religiosa: Presión sobre Biden para que catalogue a Nigeria como “país especialmente preocupante”
El destino de los cristianos nigerianos encabezó el orden del día en la Cumbre Internacional sobre Libertad Religiosa.
Una resolución bipartidista que exige responsabilidades a la Administración Biden por no proteger a los cristianos de Nigeria acaparó la atención de la tercera Cumbre Internacional sobre Libertad Religiosa (IRF), celebrada en Washington D.C. del 31 de enero al 1 de febrero, sólo unas semanas antes de las elecciones presidenciales en Nigeria. Ayer (01/03) el partido All Progressives Congress fue anunciado oficialmente como el ganador de las elecciones. Sin embargo, los resultados están siendo cuestionados por los partidos de oposición.
La resolución fue anunciada por French Hill, representante republicano de Arizona, durante un encuentro organizado por Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) el 31 de enero, en relación con la cumbre. Chris Smith, representante republicano de Nueva Jersey, y Henry Cuellar, congresista demócrata de Texas, copatrocinaron esta resolución que insta al presidente Biden a volver a clasificar a Nigeria como “país especialmente preocupante”. Para ello, aducen a la violencia desenfrenada que, según cifras citadas dadas por la oficina del congresista Smith, sólo en 2022 habría matado a 5.014 cristianos, casi el 90% de todos los cristianos asesinados por su fe en el mundo. En una videoconferencia, el obispo nigeriano de Ondo, Jude Arogundade, aplaudió la iniciativa y recordó a los participantes que Nigeria, por su peso económico y demográfico, “es el ancla de África; y si Nigeria cae, toda África cae”.
Según el congresista Smith, en Nigeria habrían tenido lugar también el 90% de los secuestros de cristianos de todo el mundo en 2022, perpetrados por extremistas islamistas como Boko Haram, el Estado Islámico en África Occidental, militantes armados fulani y criminales corrientes.
La resolución, que detalla numerosas muertes violentas de cristianos, exige que EE.UU. nombre inmediatamente a “una persona de reconocida valía en los ámbitos de la libertad religiosa y los derechos humanos como enviado especial para Nigeria y la región del lago Chad”. Siguiendo el modelo del exembajador de EE.UU. ante la ONU, John Danforth, que fue nombrado enviado especial para Sudán en 2001 y a quien se le atribuye el mérito de haber detenido la sangrienta campaña del Gobierno sudanés contra el pueblo nuba.
ACN participó en seis mesas redondas y actos paralelos durante los dos días de la cumbre. En ellos, sus representantes subrayaron las principales tendencias que coartan la libertad religiosa en el mundo y también destacaron cómo la opresión afecta especialmente a mujeres y niñas.
En una sesión plenaria celebrada el 1 de febrero, Edward Clancy, director de Relaciones Públicas en la sede de ACN en EE.UU, elogió la resolución sobre Nigeria como resultado de una fructífera colaboración entre las organizaciones sobre el terreno y el Gobierno federal. Las organizaciones con presencia local -que son testigos del sufrimiento de los cristianos y atienden a las víctimas- están “suministrando información a los líderes gubernamentales”, afirmó Clancy. “Nosotros contamos las historias de los supervivientes y de las personas amenazadas” para instar a los gobiernos a actuar en nombre de una población que, de otro modo, no tendría voz.
Una de esas historias, dijo Clancy, es la de Maryamu Joseph del estado de Borno, que pasó nueve años cautiva de Boko Haram, incluido un año entero encerrada en una jaula por negarse a convertirse al islam y a casarse con uno de sus captores.
La difícil situación de las mujeres y niñas pertenecientes a minorías religiosas en países como Pakistán, Nigeria y Egipto -a la que los representantes de los gobierno apenas prestan atención y cuyas víctimas a menudo se enfrentan a jueces hostiles- también es una tendencia preocupante, ya que miles de ellas son secuestradas y convertidas en esclavas sexuales cada año.
Marcela Szymanski, representante de ACN International ante la UE en Bruselas y editora jefe de la publicación bienal de ACN Informe sobre la libertad religiosa en el mundo, señaló el peligro de utilizar erróneamente el término “matrimonio forzado” para hablar de esta cuestión: “Este término combina una palabra mala con una buena. Hablar de ‘conversión’ y ‘matrimonio’ es un eufemismo, porque la realidad es que se trata de secuestros y esclavitud sexual al socaire de la religión. La secuestrada no sólo no tiene libertad de elección porque es una niña, sino porque, además, está amenazada por sus secuestradores”. A nivel local, en países como Pakistán, donde esto es habitual, el secuestro, la violación y las amenazas de muerte son delitos punibles, pero si se les califica de ‘matrimonio’ los delitos civiles desaparecen de la vista y la víctima queda más lejos de la Justicia”, añadió Szymanski.