La Biblia del Niño: 45 años enseñando a millones de niños el amor de Dios
El Vaticano se prepara para celebrar la primera Jornada Mundial del Niño, los días 25 y 26 de mayo. El Papa Francisco, en su mensaje para esta ocasión, subraya la preciosidad de cada niño a los ojos de Dios. En 1979, ACN conmemoró el Año Internacional del Niño produciendo la Biblia del Niño para ayudar a la evangelización de la Iglesia católica. Desde entonces, millones de niños han aprendido a rezar en su propio idioma leyendo la Biblia del Niño, en uno de los casi 200 idiomas a los que se traduce esta obra. Testimonios de todo el mundo dan fe de ello.
Ser católico en Cuba puede ser difícil, y la decisión de convertirse en sacerdote suele ser el resultado de una fe profunda y madura. Sin embargo, cuando Rolando Montes de Oca ingresó en el seminario, el libro que se llevó consigo fue la biblia para niños, “Dios habla a sus hijos”, publicada por la Fundación Pontificia Internacional Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN).
“Yo era aún pequeño, pero nunca olvidaré cuando llegó nuestro párroco y me regaló la Biblia del Niño. Con esta biblia aprendí sobre el Señor y sobre la historia de la Salvación, y gracias a ella me enamoré de Dios. Este Dios del que me enamoré me llamó al sacerdocio, y esta es la biblia que me llevé al seminario. Evidentemente, después tuve que usar otras biblias más completas, pero esta sigue siendo mi favorita porque es la Biblia que me hizo conocer a Jesucristo”, ha contado el sacerdote a ACN.
El padre Rolando es uno de los millones de niños que han conocido a Jesús a través de la Biblia de los niños de ACN. Para muchos niños de todo el mundo, es el único libro que pueden llegar a tener.
El padre Henrique Uggé, un misionero italiano que trabaja con el pueblo sateré-mawé en la Amazonía, explica que “a todos nos gusta oír, leer y meditar la Palabra de Dios en nuestra propia lengua y en nuestro propio contexto cultural e histórico”, y añade que la Biblia del Niño es también una importante herramienta cultural, ya que se usan muchas palabras en las traducciones que han empezado a caer en desuso, y de este modo se conservan para las nuevas generaciones.
La Biblia del Niño fue publicada por primera vez por ACN en 1979 para conmemorar el Año Internacional del Niño, cuando fue presentada a la Tercera Conferencia Episcopal General de América Latina que se celebra en Puebla, México, ayudando a la pastoral de la Iglesia. Desde entonces gracias a los generosos donativos de los benefactores de ACN, la Biblia del Niño se ha traducido a 194 lenguas y dialectos, desde el asirio -la lengua viva más cercana a la que habló Jesús- hasta el zulú. Teniendo en cuenta que en muchos casos el librito será leído no solo por el niño que lo ha recibido, sino también por sus hermanos y demás parientes, los 51 millones de ejemplares impresos y distribuidos desde el inicio del proyecto hace 45 años representan un número de lectores mucho mayor.
Generar confianza y autoestima
En muchos casos, la Biblia del Niño es la única obra escrita en un idioma determinado, lo que la hace especialmente importante para permitir que los niños se relacionen con su fe en el mismo idioma que hablan con sus padres y comunidades.
Lilian Omari de la Comunidad Misionera de San Pablo Apóstol ha explicado a ACN cómo utiliza este recurso en su trabajo pastoral con la población turkana del norte de Kenia: “Como tiene imágenes, pueden ver y hojear el libro, tocarlo y sentirlo, e incluso escuchar la Palabra. Esta es una de las cosas que nos ha ayudado a catequizar en la zona, ya que allí muchos niños no han ido a la escuela y solo hablan turkana”. “Estamos muy agradecidos a todos los benefactores que han apoyado este proyecto, haciendo posible que se traduzca a diferentes lenguas”, añade Lilian.
En países donde gran parte de la población no habla la lengua oficial -como en el sur de México, donde el Tzeltal es la lengua materna de alrededor de medio millón de personas, o en la Amazonia, donde muchas tribus siguen viviendo relativamente aisladas del mundo exterior- tener acceso a la Palabra de Dios en su propia lengua puede generar confianza y mostrar que el cristianismo no es una imposición extranjera. Alfred Ajuong Mangui, un catequista de la diócesis de Rumbek, en Sudán del Sur, señala el bien que ha hecho en los niños de sus clases: “Con la Biblia del Niño vemos cómo todos los niños crecen en el respeto. Y con ese respeto desarrollarán otras habilidades y una forma de ver la vida.”
La Biblia del Niño es uno de los proyectos más antiguos de ACN. Con 194 idiomas en circulación, la fundación pontificia continúa trabajando para que más niños aprendan cuánto Dios los ama y, a su vez, aprendan a amarlo a Él.