India: Una motocicleta para una religiosa que visita a los creyentes en aldeas remotas
La Hna. Shobka Rani Talari sonríe cuando se sube a su nueva motocicleta. Es una “religiosa itinerante”, una Hermana que acude a aldeas remotas para visitar a la gente y ayudarla. Los malos caminos que a menudo la llevan a la selva no son capaces de disuadirla de su trabajo en la misión de Chhaygaon, que se encuentra en la archidiócesis de Guwahati, en una zona pobre del noreste de la India. Y su ayuda se necesita urgentemente, porque en las aldeas, muchas de ellas en la jungla, no hay atención médica ni electricidad, y casi nadie sabe leer y escribir. La pobreza es grande, las condiciones higiénicas son malas y hay muchos problemas en las familias. A menudo, los matrimonios se celebran demasiado pronto y los niños son abandonados a su suerte mientras los padres intentan, más mal que bien, alimentar a la familia. Las cosechas de sus pequeños campos a menudo son destrozadas por elefantes salvajes u otros animales.
La Hna. Shobka atiende a los enfermos, asiste a las familias y convence a los padres para que envíen a sus hijos a la escuela. Ella misma dirige una escuela de pueblo para unos 100 niños, pues la educación es la única manera de mejorar las condiciones de vida de la gente.
A veces, esta religiosa itinerante tiene que presionar a las autoridades, y así ha logrado, por ejemplo, obtener iluminación a partir de energía solar para una aldea que había sido invadida varias veces de noche por elefantes. Desde entonces, los elefantes se han mantenido alejados. Incluso una de las malas carreteras será finalmente mejorada en 2021. Estos son grandes avances en una zona subdesarrollada y olvidada.
Gracias a la ayuda de nuestros benefactores, que han aportado 930 euros, su congregación -las Hijas de la Divina Providencia- ha podido finalmente proporcionarle una motocicleta propia. Y es que, sin un vehículo, el trabajo de una religiosa itinerante es más que arduo. “Desde que la Hna.Shobka Rani tiene la motocicleta, ha podido doblar el número de visitas a los pueblos”, se alegra su Superiora, que también nos escribe: “Estamos muy agradecidas por su generosa ayuda, y les aseguramos a ustedes y a todos los benefactores nuestras oraciones. Por favor, recen por nosotras para que siempre podamos anunciar el Reino de Dios con gran celo a través de nuestras palabras y obras”.