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¡Únete a la labor humanitaria de las hermanas religiosas en Necoclí para apoyar a los migrantes que buscan un futuro mejor!
Ayuda a Necocli

“Si no está la Iglesia, no está nadie”

En la hermosa playa de Necoclí, en Colombia, miles de migrantes de muchas nacionalidades arriesgan sus vidas en busca del «sueño americano». La situación es desesperada, pero gracias a las tres congregaciones de religiosas que trabajan en la Diócesis de Apartadó, los migrantes encuentran consuelo y esperanza en la Iglesia católica local. Con el apoyo de la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), estas misioneras pueden continuar su labor humanitaria y pastoral con los migrantes que llegan todos los días.

La labor de las hermanas es crucial para brindar consuelo y esperanza a los migrantes.

¡No te quedes de brazos cruzados!

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La labor de las hermanas es incansable, ya que muchos migrantes solo tendrán una oportunidad para recibir ayuda material, espiritual y psicológica. Debido a su condición de movilidad permanente, la Hermana Gloria Gelpud señala que «es una población que está en un constante ir y venir. Los que están el día de hoy, probablemente mañana ya no estén. Al salir temprano, tienes la posibilidad de estar cerca de ellos y escucharlos». Muchos se embarcan en los muelles para llegar por mar a Panamá, corriendo el riesgo de morir allí, y el resto atraviesa la frontera terrestre: el peligroso Tapón del Darién, una densa selva tropical y montañosa.

El peor de los males es la indiferencia…

Los migrantes que llegan a Necoclí están en una situación precaria, con pocas oportunidades para recibir ayuda material, espiritual y psicológica. Muchos corren el riesgo de morir en su búsqueda de una vida mejor. Las religiosas están haciendo un trabajo incansable para ayudar a los migrantes, pero necesitan tu ayuda para continuar su labor.

Ayuda a la Iglesia a brindar esperanza a los migrantes en Necoclí. ¡Ora por las hermanas y los migrantes que están en búsqueda de un futuro mejor! No apartes la mirada de la realidad de nuestros hermanos migrantes, hoy están ellos, mañana podrías ser tú.

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Alimentos para aquellos que no pueden permitirse el lujo de comer.

Acogida y visita de migrantes que acampan en la playa.

Lleva vida espiritual y ayuda psicológica a todos los que piden ayuda.

Oración del Papa Francisco por los migrantes y refugiados

“Padre, Tú encomendaste a san José lo más valioso que tenías: el Niño Jesús y su madre, para protegerlos de los peligros y de las amenazas de los malvados”.

“Concédenos, también a nosotros, experimentar su protección y su ayuda. Él, que padeció el sufrimiento de quien huye a causa del odio de los poderosos, haz que pueda consolar y proteger a todos los hermanos y hermanas que, empujados por las guerras, la pobreza y las necesidades, abandonan su hogar y su tierra, para ponerse en camino, como refugiados, hacia lugares más seguros”.

“Ayúdalos, por su intercesión, a tener la fuerza para seguir adelante, el consuelo en la tristeza, el valor en la prueba”.

“Da a quienes los acogen un poco de la ternura de este padre justo y sabio, que amó a Jesús como un verdadero hijo y sostuvo a María a lo largo del camino”.

“Él, que se ganaba el pan con el trabajo de sus manos, pueda proveer de lo necesario a quienes la vida les ha quitado todo, y darles la dignidad de un trabajo y la serenidad de un hogar”.

“Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que san José salvó al huir a Egipto, y por intercesión de la Virgen María, a quien amó como esposo fiel según tu voluntad. Amén”.