“La belleza salvará al mundo”: Dostoyevski
Aprendimos de los griegos y a lo largo de los siglos que todo ser, sin importar sus diferencias, tiene tres características trascendentales: unidad, verdad y bondad. Además, los maestros franciscanos agregaron la belleza como una cuarta característica del ser. Todos los seres, incluso aquellos que nos parecen repugnantes, tienen una singular belleza en su estructura y armonía.
La belleza desempeñó un papel importante en la vida de Fiodor Dostoyevski, quien creía que salvaría al mundo. Para él, la belleza se encuentra en el amor compartido y en la compasión hacia los demás. Dostoyevski encontraba consuelo en la contemplación de la Madonna Sixtina de Rafael.
La belleza para Dostoyevski no se limitaba a la estética, sino que también tenía una dimensión ética y religiosa. Veía en Jesús un portador de belleza que unía a las personas y despertaba el amor entre ellos.
En contraste, nuestra cultura actual ve la belleza principalmente como una construcción superficial del cuerpo, lo que lleva a enfoques utilitarios como cirugías plásticas y tratamientos estéticos. Estas construcciones de belleza carecen de alma y no transmiten amor ni comunicación auténtica.
El Papa Francisco ha destacado la importancia de la belleza en la transmisión de la fe cristiana. El mensaje no solo debe ser bueno y justo, sino también bello, ya que solo así puede llegar al corazón de las personas y despertar el amor que atrae.
La belleza es un valor en sí mismo y no debe ser reducida a su utilidad. Es como una flor que florece por el simple hecho de florecer, sin importar si alguien la observa. Vivir la belleza en un mundo dominado por intereses y transacciones comerciales nos permite manifestar su esplendor y reflejar la luz divina.
La belleza es un reflejo de la divinidad que brilla en todos los seres y nos invita a brillar a través de lo bello.
Dostoyevski y el Papa Francisco
“La belleza salvará el mundo”, es una convicción que puede parecer un programa demasiado amplio y abstracto: sin embargo, para el Papa Francisco es una expresión muy concreta. De hecho, el Papa recomienda a los comunicadores y a las personas en general relacionarse con la realidad y las personas, siempre buscando verdad, belleza y bondad.
Por eso, insiste en que si cada uno cumple una obra de misericordia en el mundo, se vivirá una nueva revolución, una revolución interior, donde el hombre sea verdaderamente libre en el amor y en la entrega a los demás. Así como lo hacen algunos personajes de Dostoyevski.