Abad benedictino en Tierra Santa: «No soy ni pro – Israel ni pro – Palestina. Estoy a favor del ser humano»
Seis meses después del terrible ataque de Hamás y el inicio de la ofensiva israelí en Gaza, la súplica del abad Nikodemus de contemplar el conflicto desde una perspectiva humanitaria es un mensaje que trasciende las fronteras religiosas y políticas.
A medida que continúa el conflicto palestino – israelí, Nikodemus Schnabel, abad benedictino de la Abadía de la Dormición en el Monte Sión de Jerusalén y del Priorato de Tabgha en el Mar de Galilea, destaca la necesidad de resaltar el enfoque cristiano del conflicto en una entrevista con la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre.
«La gente está muriendo mientras el mundo mira como si se tratara de un simple juego donde ondear la bandera de uno u otro equipo. Y esta es una situación horrible», dice el abad. «No es un partido de fútbol. Y no se trata de quién gana puntos, quién consigue las historias más impactantes, ni quién tiene mejores fotos», lamenta.
La desgarradora realidad es que muchas de esas personas, dice el abad Nikodemus, escogen un bando sin comprender plenamente las complejidades del conflicto: “En estos momentos vivimos una atmósfera polarizada, existe la exigencia de tomar una postura clara y hacer acusaciones, pero si haces esto, eres parte del juego. La realidad es muy complicada con muchos “pie de página”, “corchetes” y “paréntesis””.
Por eso el abad de la basílica de la Dormición afirma con firmeza: «No soy ni pro – Israel ni pro – Palestina. Estoy a favor del ser humano. Y esta es mi postura teológica». Durante la entrevista, explica la creencia -compartida entre cristianos, judíos y musulmanes- de que cada ser humano es creado a imagen de Dios, merecedor de dignidad y respeto, independientemente de su nacionalidad o religión.
Los cristianos sufren entre dos bandos polarizados
El monje benedictino señala la peligrosa retórica utilizada por ambos bandos destacando la trágica consecuencia que eso lleva consigo: «No hablan de seres humanos. Dicen: “No son personas, son monstruos; bestias disfrazadas bajo una forma humana», explica a ACN. “Hay una peligrosa tendencia a deshumanizar al ‘otro’. Hablan de «neutralizar» a la gente. No dicen ‘matar’. Dicen ‘bajas’ refiriéndose a las víctimas, como si fueran meras estadísticas. Ocultan el hecho de que se trata de seres humanos, que mueren a manos de otros seres humanos».
El abad benedictino subraya los desafíos a los que se enfrentan los cristianos en esta región, desgarrada por la división, la violencia y los conflictos políticos entre israelíes y palestinos desde hace décadas. “Mucha gente piensa que Israel equivale a judaísmo, y eso representa el mundo occidental, mientras que los palestinos representan el Islam, que sería igual al mundo oriental; pero los cristianos, aunque solo un pequeño porcentaje, estimado en menos del 2% de la población, no suelen entrar en este juego y sufren bajo estas divisiones, que se han intensificado por la guerra. En realidad, somos víctimas de ambos lados”, explica el abad Nikodemus, y añade: «Tengo la sensación de que algunas personas piensan que, sin los cristianos, el caso sería más fácil, porque entonces realmente tendrían esta maravillosa representación en blanco y negro del conflicto. Pero los cristianos están en ambos lados, complicando la narrativa de una clara división entre dos fuerzas opuestas», dice.
El mensaje cristiano del perdón
La comunidad cristiana en Israel y Palestina, a menudo ignorada y marginada dentro y fuera del país, desempeña sin embargo un papel muy importante, según el abad, al ser el único grupo religioso que sitúa el mensaje de compasión y perdón en el centro de su anuncio. “Estamos sintiendo el dolor y sufrimos con la gente de aquí y de allá. Tenemos lágrimas para ambos lados.” Así, el monje benedictino insta a un cambio de perspectiva, enfatizando que cada vida, incluso la de un pecador o criminal, ha sido creada a imagen de Dios. Esta creencia, común para las tres religiones, debe servir como un recordatorio de la dignidad y el valor inherentes de cada persona, y no permitir que la guerra vea al ser humano sólo desde el punto de vista de la política geoestratégica, o militar.
«Mi punto de referencia son las Sagradas Escrituras, la Biblia, ahí aprendí de mi Señor Jesucristo que debo rezar por la gente que me odia, rezar también por los infractores, los autores de los crímenes. Decir esto hoy es un escándalo pero yo rezo por los terroristas y por todos los implicados en este conflicto», afirma el abad Nikodemus.