Obispos de la Iglesia en Pakistán advierten sobre hambruna y epidemias
Los afectados están agradecidos por la ayuda de la Iglesia en medio de las peores inundaciones en 30 años.
Tras la catástrofe de las inundaciones en Pakistán, muchas personas acuden en busca de ayuda a la Iglesia. “La gente ve en la Iglesia una entidad fiable a la hora de obtener ayuda de emergencia”, aseguraron tres obispos pakistaníes el pasado jueves en una conferencia de prensa organizada por Ayuda a la Iglesia Necesitada.
El arzobispo de Karachi (sur de Pakistán), Mons. Benny Travas, subrayó que la Iglesia ayuda sin tener en cuenta la afiliación religiosa o étnica, lo cual, por desgracia, no es la actitud general: así, las minorías y especialmente los cristianos y los hindúes son a veces rechazados en los puntos de distribución y remitidos a la Iglesia. “Esta mentalidad discriminatoria está presente en todas partes”, han afirmado los obispos.
Miedo a una posible hambruna y la proliferación de enfermedades
El obispo de Hyderabad, Mons. Samson Shukardin, ha señalado que la gente no sólo ha perdido sus casas, sino también sus medios de sustento debido a las inundaciones, esto podría ocasionar una hambruna el próximo invierno. Según el prelado, las zonas rurales se han visto especialmente afectadas: “Las zonas remotas no están protegidas ante inundaciones, sólo lo están las grandes ciudades”.
También la proliferación de enfermedades es motivo de preocupación, ha dicho el arzobispo Travas: “El dengue y el cólera se están extendiendo, los hospitales ya no dan abasto por lo que no aceptan a más pacientes”. Entre otras cosas, faltan mosquiteras para protegerse de las infecciones. Además, se le ha informado de que las farmacias están reteniendo medicamentos, lo que hace que suban aún más los precios.
Gran solidaridad a pesar de la falta de ayudas estatales
Un consuelo, en esta situación tan tensa, es la gran disposición a ayudar del extranjero y de la población pakistaní, ha asegurado Mons. Khalid Rehmat, vicario apostólico de Quetta (oeste de Pakistán): “La gente es pobre, pero generosa”. Y ello es aún más necesario porque la ayuda del Gobierno es insuficiente, ha indicado. Según Mons. Travas, el Gobierno de la provincia especialmente afectada de Sindh ha prometido a cada familia el equivalente a unos 100 dólares estadounidenses de ayuda por las inundaciones, pero eso “no es nada comparado con las pérdidas que han sufrido”.
Los tres obispos han confirmado que actualmente se necesitan sobre todo alimentos, medicinas, refugios de emergencia y mosquiteras para aliviar las necesidades más acuciantes, y han agradecido el apoyo de organizaciones como Ayuda a la Iglesia Necesitada. Así, ACN organizó inmediatamente después de las inundaciones un paquete de ayuda de emergencia para 5.000 familias especialmente afectadas.
Pequeña minoría, gran impacto
Aunque en Pakistán los cristianos representen menos del 2% de la población, han sido capaces de poner en marcha en muy poco tiempo un operativo de ayuda. “Los cristianos de Pakistán tienen una profunda fe”, ha destacado Mons. Rehmat, “pues saben que podemos superar todas estas dificultades”.
Desde mediados de junio, las peores inundaciones monzónicas registradas en los últimos treinta años están devastando amplias zonas de Pakistán. Entretanto, seis millones de personas se han visto afectadas por la catástrofe, con más de 1.500 víctimas mortales registradas oficialmente.