La Iglesia frena el éxodo cristiano del Líbano mediante la ayuda a las escuelas católicas
Mons. Joseph Spiteri sostiene que el Líbano es un país único en Oriente Próximo porque se basa en una Constitución civil y porque en él se respeta la libertad de conciencia y de expresión. El representante diplomático de la Santa Sede agradece a ACN su contribución a preservar este equilibrio a través de proyectos que favorecen la permanencia de los cristianos en el país.
Debido a una crisis económica sin precedentes, muchos libaneses se sienten tentados a irse o ya se han ido. Durante un encuentro con representantes de la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) -de visita en el país para hacer un seguimiento de los proyectos que financia-, el arzobispo maltés Mons. Joseph Spiteri, embajador de la Santa Sede -o nuncio apostólico- en el Líbano, explicó que “como los cristianos suelen estar mejor formados y preparados, y tienen más familia en el extranjero, les resulta más fácil emigrar y encontrar buenos trabajos fuera”.
Por eso, es tan importante invertir en proyectos que animen a los cristianos a permanecer en el país, un buen ejemplo de ello es el apoyo de la Iglesia a las escuelas. “La Iglesia católica dirige unas 330 escuelas en el Líbano, alrededor de 90 de ellas son lo que llamamos ‘escuelas asistidas’, que atienden principalmente a familias pobres. Son privadas, pero el Gobierno se hace cargo de la mitad de la matrícula y la otra mitad la pagan los padres. La matrícula es muy baja, pero, debido a la crisis económica, el Gobierno no está pagando su parte”.
Con el Gobierno en bancarrota, la Iglesia decidió ponerse manos a la obra para encontrar una solución. Presentó una solicitud de financiación a ACN que fue aceptada. De momento, ya se ha pagado la mitad y la otra mitad está en camino. El nuncio Spiteri sostiene que la importancia de esta ayuda es inestimable: “Estas escuelas son muy importantes porque mantienen la presencia cristiana, mantienen a las familias en los pueblos y proporcionan empleo a maestros y a personal no académico”.
Con la ayuda de ACN, la Iglesia está en condiciones de ofrecer a los profesores un subsidio de 300 dólares por año escolar y de 180 dólares al personal no académico en más de 50 escuelas. Este dinero contribuye en gran medida a sufragar necesidades básicas como comida y combustible, ya que con la crisis actual muchos profesores -cuyo salario oscila entre 50 y 100 dólares- gastan más dinero en combustible para ir a trabajar que lo que perciben. El dinero de ACN aún por llegar se destinará sobre todo a becas para ayudar a las familias más pobres a mantener a sus hijos matriculados en la escuela.
“Le debemos enorme gratitud a ACN. Gracias por toda la ayuda que habéis prestado al Líbano y a los cristianos libaneses para que puedan seguir aquí y construir este maravilloso, maravilloso país, que es un país único en Oriente Próximo. Os recordaré en mis oraciones y os pido que también vosotros nos tengáis presentes, a todo el Líbano, pero especialmente a los cristianos libaneses, en vuestras oraciones. Que Dios os bendiga”, ha dicho Mons. Spiteri en un mensaje a los benefactores.
ACN tiene proyectos en el país desde hace muchos años, pero el apoyo de ACN se ha cuadruplicado a raíz de la enorme crisis económica que golpeó al Líbano tras las revueltas de 2018, en las que la libra libanesa cayó a una vigésima parte de su valor anterior, y que se vio agravada por la catastrófica explosión que arrasó el puerto de Beirut y gran parte de la ciudad.
Mons. Joseph Spiteri destaca la importancia de mantener la presencia cristiana en el Líbano, también para salvaguardar el equilibrio social que hace especial al país.
“El Líbano es diferente a todos los demás países de Oriente Próximo, pero no solo porque tengamos más cristianos, sino porque es el único país de la región que se basa en una Constitución civil. Aquí siempre se ha respetado la libertad de conciencia y de expresión, es importante que el Líbano conserve esta identidad. Ciertamente, hay que hacer equilibrios para preservar los derechos de los individuos y los derechos colectivos de las comunidades, pero en el Líbano se ha hecho y se puede hacer, para ello necesitamos la buena voluntad de todos. Esa es la identidad del Líbano, por eso el Líbano es tan diferente”.
Por eso el papa Francisco ha dicho en varias ocasiones que quiere visitar el Líbano, para alentar este proyecto social y a la comunidad cristiana en particular. “El papa quiere venir: se lo ha repetido al presidente y al primer ministro, que visitaron el Vaticano recientemente”, explica el nuncio. En abril, el presidente del Líbano dijo que el papa Francisco visitaría el país en junio. El Vaticano aún no lo ha confirmado oficialmente, pero ha señalado que se está barajando esa posibilidad.
El nuncio mantiene cierta esperanza de que las próximas elecciones de mayo den lugar a un Gobierno más estable que, a su vez, permita al país cerrar por fin un acuerdo con el FMI y el Banco Mundial que impulse la economía y restaure la confianza.
“Sin confianza, el Líbano no puede atraer inversiones, pero hay potencial en la agricultura y el turismo, por ejemplo, y ahí se pueden crear nuevos puestos de trabajo. Necesitamos convencer a los más jóvenes de que pueden quedarse y hacer cosas interesantes: ese es nuestro enorme reto”, concluye el arzobispo Joseph Spiteri.
En 2021, ACN ha apoyado 79 proyectos por más de 5 millones de euros.