Líbano encierra un mensaje de esperanza para el futuro
EL ARZOBISPO SYRIL SALIM BUSTROS, ahora emérito, es el antiguo arzobispo melquita de Beirut y Biblos, en el Líbano. También fue arzobispo de Baalbeck y eparca de la Iglesia melquita en Estados Unidos. Recientemente habló con Ayuda a la Iglesia que Sufre sobre la misión de los cristianos del Líbano y la actual crisis política y económica del país, que impulsa a muchos cristianos a emigrar. En 1997, durante su histórica visita a la nación, San Juan Pablo II dijo que “el Líbano es un mensaje, no solo un país”. Es la promesa para todo Oriente Medio de que cristianos y musulmanes puedan vivir en armonía.
“Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que los cristianos a principios del siglo XIX constituían el 20% de la población en Medio Oriente. Bajaron al 15% a principios del siglo XX, y hoy la población cristiana es inferior al 5%. Seguimos aquí porque tenemos una misión que cumplir. Todos los países árabes prohíben a los musulmanes convertirse al cristianismo, así que nuestro mensaje a Oriente Medio es que tenemos que preservar la libertad religiosa, porque si no hay esa libertad no habrá respeto por los derechos humanos. Si no hay libertad, no somos seres humanos, somos como animales. Ese es el mensaje de Líbano a Medio Oriente”.
“Por eso es tan importante lo que dijo el Papa Juan Pablo II, que el Líbano no es solo un país, sino un mensaje de convivencia y coexistencia pacífica entre diferentes culturas y religiones. La misión del Líbano es promover esa libertad y ser fuerte en su reivindicación, intentando extenderla a todos los países árabes”.
“En todos los sentidos, tenemos que decir que Dios sigue ahí y que Dios es el amor supremo y que el amor sigue estando en nuestro corazón como el sol siempre brilla, así que tenemos que tomar fuerzas del amor de Dios para luchar contra todas las dificultades de la vida”.
“Nuestros antepasados han sufrido y, mientras sufrían, mantuvieron su fe a pesar de todas las dificultades. El sufrimiento fortalecerá nuestras creencias. Jesús sufrió para salvar a la humanidad de todos sus pecados. Jesús murió en la cruz, así que no podemos suprimir la cruz de la vida de los cristianos”. “Además, en el Líbano no hay distinción entre cristianos y musulmanes en cuanto a la pobreza. Todas las personas son pobres, tanto musulmanas como cristianas, así que la pobreza no tiene una religión”.
“La Iglesia desempeña un papel fundamental en el apoyo a los cristianos para que permanezcan en Medio Oriente. La Iglesia, en toda esta región, apoya a los niños, pagando su matrícula escolar y proporcionando comida y alojamiento a muchos miles de familias. Algunas Iglesias gestionan hospitales en los que atienden gratuitamente a pacientes pobres e incluso distribuyen los medicamentos gratuitamente”.
“Además, cuando la paz prevalezca en Palestina, y cuando la guerra entre Israel y los países árabes termine, creo que los cristianos permanecerán en la región y florecerán gracias a los nuevos sistemas políticos”. “Contamos con que las naciones occidentales apoyen la resolución pacífica de los conflictos entre todos los pueblos y proporcionen seguridad a todas las personas en Tierra Santa y Jerusalén; ésta es la base del futuro de los cristianos en todo Oriente Medio”.
“Cuando los cristianos emigran tienen más facilidades en Occidente que cuando se quedan en Líbano o Siria, Palestina e Irak. Tienen que ser fuertes frente a todas las dificultades, ya que la situación es muy difícil, y viven en condiciones muy pobres”. “Por último, podemos afirmar que con fe, paciencia y un esfuerzo por amarse y construir la solidaridad entre los cristianos, se pueden superar las dificultades. Además, la misión de los cristianos es creer en su futuro en el Líbano, la tierra santa que Jesús visitó muchas veces”.
—Diana Khaddaj