Ayuda para que los niños refugiados sirios puedan ir a la escuela
La situación en el Líbano es desoladora. La grave crisis política y económica que tiene en jaque al país desde finales de 2019 ha sumido a gran parte de la población en la pobreza, y la pandemia complica aún más la situación. Además, 1,5 millones de refugiados sirios han inundado el pequeño país de cuatro millones de habitantes a raíz de la guerra en Siria. Para este país supone una tarea hercúlea hacer frente y atender adecuadamente a tantos refugiados.
Un número especialmente elevado de refugiados se ha asentado en el Valle de la Becá, en Líbano oriental, en la zona fronteriza con Siria. Uno de los asuntos más apremiantes consiste en escolarizar al mayor número posible de niños sirios porque, de lo contrario, serán una generación perdida que nunca tendrá un porvenir ni en el país de acogida ni en su patria. Sin una educación escolar, los problemas serán aún mayores a largo plazo, y no solo para ellos mismos, sino también para la sociedad en la que vivan. Además, la posibilidad de poder asistir a la escuela local es un factor que mantiene a las familias en la región y que puede motivarlas a volver a Siria a largo plazo, en lugar de emigrar a Europa, Estados Unidos o Canadá. Y es que en Siria se necesitan jóvenes bien formados para reconstruir el país.
Los Jesuitas dirigen tres escuelas en el Valle de la Becá: dos de primaria y una de secundaria, a las que también asisten un total de 113 niños refugiados sirios. El P. Marek Cieslik, director de estas escuelas, nos pide ayuda para estos alumnos, y es que debido a la difícil situación económica, a su congregación le resulta cada vez más difícil mantener en funcionamiento las escuelas.
Nosotros queremos apoyar la educación escolar de los niños sirios con un total de 30.000 euros, a saber, unos 265 euros por niño.