La semilla del apóstol santo Tomás da frutos: misioneros indios en África
Cuando los católicos oyen los términos «India» y «misioneros», probablemente piensen espontáneamente en primer lugar en misioneros procedentes de Europa que desarrollan su labor en el subcontinente. Pero los tiempos han cambiado: la Iglesia en la India, que según la tradición se remonta al apóstol Tomás, se ha convertido en un nuevo centro de vocaciones religiosas. Hoy en día, son misioneros de la India los que trabajan en todo el mundo, sobre todo en Europa, pero también en el continente africano.
Un buen ejemplo son los carmelitas procedentes de la provincia india de Manjummel. Cuatro de ellos fueron enviados a Zambia en 2014 para iniciar su labor misionera a petición del obispo de Chipata, en dicho país. Un año más tarde pudieron inaugurar allí su primer monasterio: en diciembre de 2020 se abrió por fin un seminario de la Orden. Allí ha comenzado ya su formación un joven autóctono de Chamilala. «
Es el comienzo de la implantación de la Orden de los Carmelitas Descalzos en suelo zambiano», decía gozoso un comunicado oficial del monasterio. La fundación internacional católica Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) ha apoyado a los misioneros indios desde el comienzo.
La lista de actividades pastorales en la región, que es una de las más pobres del país, va desde las misas dominicales regulares hasta los propios programas de formación en la fe, pasando por las clases de catecismo. En los dos últimos años hubo unos 500 bautismos en total, a lo que ha contribuido, no en último término, la evangelización de puerta en puerta.
La atención médica y la educación también forman parte de las actividades en las comunidades que atienden los carmelitas. Actualmente, como prácticamente en todo el mundo, la atención se centra en la contención de la pandemia del coronavirus pero también el deficiente suministro de agua potable produce numerosas enfermedades. Por ello, las comunidades han excavado pozos propios para el suministro de los habitantes de las aldeas.
Un gran desafío es asimismo la deficiente infraestructura, según manifiesta el padre Jacob Paxy Aumkal, quien dirige la estación misionera, en una conversación con la fundación internacional católica Ayuda a la Iglesia que Sufre: «En la temporada de lluvias, no podemos conducir por las carreteras debido al barro pegajoso. Durante semanas estamos aislados del resto del país». También aquí intenta ayudar ACN, por ejemplo con vehículos todoterreno, para que los sacerdotes puedan acudir a las «estaciones exteriores» y atender a las personas.
«Recordamos con mucha gratitud a todos aquellos que han apoyado tanto nuestras actividades misioneras desde el comienzo de esta misión», dice el padre Jacob Paxy. Como los religiosos no disponen de ningún tipo de ingresos, los estipendios de misas que proporciona ACN son «la única posibilidad de asegurar el sustento de nuestros misioneros».
El padre Jacob actualmente atiende totalmente el alejado puesto de misión en Chamilala; trabaja hasta 19 horas al día y, sin embargo, está lleno de optimismo: «Estamos agradecidos a Dios por utilizarnos en esta misión para predicar a los pobres y ayudarles a aliviar su dolor. Invitamos a todos a participar en esta misión, directa o indirectamente, a través de una participación física o espiritual activa. Quienes puedan contribuir económicamente al desarrollo de esta misión y a la realización de los proyectos están cordialmente invitados a hacerlo. Les aseguramos que Dios les recompensará por la ayuda que presten a esta misión de Dios».