Un vehículo para la pastoral en una extensa parroquia, ubicada en África Central
Hace un tiempo los hicimos partícipes de un grito de socorro que nos llegaba de Burundi. Este país del este del África Central, considerado el más pobre del mundo, ha quedado marcado por varios genocidios y una guerra civil que duró de 1993 a 2005. Hasta hoy, la situación política sigue siendo inestable y en cualquier momento podría volver a estallar la violencia.
La Iglesia católica hace todo lo que está en su mano para contribuir a la reconciliación de la sociedad y para ayudar a que se curen las heridas del pasado, pues solo así pueden sentarse las bases de un futuro pacífico. Los padres monfortianos de la parroquia de Bwoga-Chioggia, ubicada en las afueras de la capital de Guitega, también trabajan en aras de este objetivo. Su parroquia abarca tres barriadas de la ciudad y 39 aldeas de los alrededores, donde los monfortianos dedican especial atención al trabajo con los jóvenes.
Para su labor de reconciliación, administración de los sacramentos y visitas a los enfermos, estos sacerdotes tienen que visitar periódicamente a los fieles de las numerosas aldeas. Para ello necesitaban urgentemente un vehículo, pues les resultaba muy difícil desplazarse, y por eso nos pidieron ayuda. Gracias a la generosidad de nuestros benefactores pudimos reunir 24.280 euros y, así, los monfortianos, que están felicísimos, ya cuentan con un auto propio.
El párroco Jean-Trésor Bafengo nos escribe: “Como nuestro país se encuentra en una fase de reconciliación nacional, nosotros, basándonos en nuestra experiencia, hemos decidido participar en esta reconciliación, que es una de las principales tareas de la Iglesia. Para ello intentamos guiar a los jóvenes en un espíritu de paz y enseñarles a ser responsables de sus actos.
Hasta ahora teníamos que hacer los desplazamientos a pie para visitar a la gente y por eso nos llevaba mucho tiempo visitar las 39 aldeas. En cambio, con el vehículo que hemos recibido de ustedes, ahora estamos en condiciones de llegar a todos nuestros fieles. En nombre de todos los feligreses de la parroquia de Bwoga-Chioggia, ¡mil gracias!”.