Ayuda al sustento de 103 religiosas de la congregación de las Hermanas Siervas de María Inmaculada
103 religiosas de la congregación greco-católica de las Hermanas Siervas de María Inmaculada trabajan en 16 ciudades de diversas partes de Ucrania, sobre todo, en el ámbito de la educación, la catequesis y la atención a los enfermos. Dirigen guarderías, preparan a niños, jóvenes y adultos para los sacramentos, se ocupan de niños de familias problemáticas, atienden a ancianos necesitados y solos, y visitan a enfermos. Ayudan en las parroquias y se ocupan, entre otras cosas, de que las iglesias estén siempre limpias y bellamente decoradas, tejen y cosen vestiduras litúrgicas y hornean los prosforones, que es como se llama en las iglesias orientales al pan destinado a la Eucaristía. Dirigen un centro de retiros, un albergue para alumnas de familias pobres y un orfanato, y ayudan allí donde se las necesita. Algunas también enseñan en seminarios y universidades.
Ahora, durante la guerra, también se ocupan de los desplazados, y han abierto varias de sus casas para estas familias sin hogar. También se ocupan de los huérfanos de guerra. Su abnegado servicio de caridad es ahora más necesario que nunca.
Pero estas religiosas también necesitan ayuda: diez de ellas ya son ancianas y 39 necesitan tratamientos médicos. Algunas incluso tienen que ser hospitalizadas una y otra vez. Además, la guerra también ha afectado a la salud de las hermanas más jóvenes: el miedo y el estrés constante han dejado huella en ellas. Sin embargo, tienen que ser fuertes para seguir ayudando. Al mismo tiempo, el coste de la vida en Ucrania también ha subido mucho.
A nosotros nos gustaría apoyar a estas religiosas con una ayuda al sustento de 20.000 euros para, entre otras cosas, garantizar que las hermanas que necesitan tratamiento médico puedan recibirlo. La superiora provincial, Hna. Chrystophora Buschtyn, nos escribe: “¡Que Dios los bendiga abundantemente a ustedes y a todos los benefactores!».