ACN se centrará en 2024 en Oriente Próximo, el Sahel y Latino América
Regina Lynch, presidenta ejecutiva de Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN), destaca el preocupante aumento de las violaciones de la libertad religiosa en todo el mundo, también resalta la reacción positiva a campañas de ACN como el ‘Miércoles Rojo’ y ‘Un millón de niños rezando el rosario’.
Usted fue nombrada presidenta ejecutiva en abril de 2023, ¿cuál es su visión de la fundación para los próximos años?
En primer lugar, estoy muy agradecida por la forma en que ACN ha evolucionado desde 1947. A lo largo de los años nos hemos convertido en una destacada voz para los cristianos perseguidos y necesitados del mundo entero, concienciando a la gente acerca de su difícil situación y apoyándolos con nuestras oraciones y ayuda material.
Lamentablemente, todavía queda mucho por hacer, mi esperanza en los próximos años es que podamos volvernos aún más fuertes en el desempeño de esta tarea y llegar a estar más unidos a nuestros socios de proyecto, especialmente en los países donde la Iglesia es perseguida o sufre, a través de nuestras numerosas campañas, desde la sensibilización hasta nuestro abogamiento por ella.
ACN publicó su último Informe sobre Libertad Religiosa en 2023. ¿Cuáles son sus principales conclusiones?
Hemos estudiado 196 países y hemos concluido que la discriminación y la persecución religiosas han aumentado en todo el mundo y que en 47 de esos países la situación ha empeorado, lo cual resulta bastante deprimente. Entre estos últimos están países grandes como India, China y Pakistán, pero también muchos países africanos, especialmente de la región del Sahel, en África occidental.
Hay países donde la situación ha mejorado tímidamente, como Egipto, pero en otros 28 países se da una persecución manifiesta y en otros 33 los cristianos sufren discriminación. Lo que vemos es que el 62% de la población mundial vive en países donde la libertad religiosa es restringida o violada. Eso no significa que todos estos ciudadanos sean perseguidos, pero, aun así, la situación es bastante grave.
ACN tiene muchos proyectos en Oriente Próximo. ¿Cuál es allí la situación actual?
Obviamente, Tierra Santa nos preocupa mucho en estos momentos, debido al horrible conflicto que está afectando terriblemente a los cristianos de Cisjordania y a la pequeña comunidad de Gaza. Es realmente triste.
ACN intenta ayudar, pero existe una gran preocupación de que el conflicto se extienda al Líbano, que sigue siendo el país de Oriente Próximo con la mayor concentración de cristianos. Sería trágico pues sabemos que los cristianos de toda la región se ven tentados a marcharse.
En Siria no podemos hablar de persecución propiamente dicha, pero estamos entrando en el decimotercer año de guerra, sigue habiendo muchos conflictos y el terremoto lo ha hecho todo aún más difícil. Siempre existe el peligro de que Siria desaparezca del radar, así que, para nosotros, es importante seguir centrándonos en este país y recordar a la gente lo que allí ocurre.
En cuanto a Iraq, la situación de los cristianos mejoró en cierta medida tras la visita del papa Francisco en 2021. Cuando volvimos allí al año siguiente, vimos que quizá había más esperanza, pero no sabemos hacia dónde evolucionará la situación. Los cristianos ven algunos signos positivos, pero también sienten incertidumbre: ¿Habrá un nuevo estallido? ¿Qué podría ocurrir?
ACN advierte que Asia amenaza con convertirse en el nuevo foco de persecución anticristiana. ¿Hasta qué punto es grave la situación?
Asia es, en efecto, un continente que nos preocupa. Allí hay problemas en muchos países, como en China, pero en otros la situación ha empeorado visiblemente. Es importante mencionar India, una gran potencia, y aunque su Constitución garantiza la libertad religiosa y el país tiene una forma distintiva de laicismo que aspira a la tolerancia, desde que el primer ministro Narendra Modi llegó al poder, hemos visto cómo ha ido cuesta abajo, con menos tolerancia hacia las minorías, como los cristianos y musulmanes. Actualmente, hay 12 estados con leyes que prohíben la conversión a cualquier religión que no sea el hinduismo, y ha habido muchos casos de personas atacadas, encarceladas y acusadas falsamente por ello, a pesar de todo lo que las diferentes denominaciones de las Iglesias cristianas ofrecen en materia de escolarización, sanidad y todo lo demás. Así que tampoco soy muy optimista respecto a la India.
En cuanto a Europa, ¿cuáles son los grandes retos para la Iglesia en Ucrania, donde se cumplen dos años de guerra?
Nadie sabe cuándo va a terminar la guerra en Ucrania. Nosotros seguimos trabajando con la Iglesia católica, la de rito greco-católico y la latina, para ayudar a los sacerdotes y a las religiosas a sobrevivir y a trabajar con los desplazados internos, pero, en estos momentos, una cuestión de gran alcance es la curación de traumas, a la que esperamos poder contribuir. Todo el mundo está afectado de un modo u otro. La Iglesia es consciente de ello y se esfuerza por encontrar formas de curar los traumas de la población.
¿Y en la región del Sahel? Ha mencionado que allí se ha incrementado la persecución cristiana.
Tenemos el propósito de centrarnos más en esos países en 2024. Uno de los más afectados por la violencia, quizá después de Nigeria, es Burkina Faso, donde se están extendiendo los ataques yihadistas. También queremos dedicarnos a Mali y Níger, para apoyar a la Iglesia en su labor de ayuda a las personas desplazadas.
En Nigeria reina una gran inseguridad. Los obispos nos han pedido que les ayudemos a estar más alerta antes de que se produzca un incidente, reforzando la seguridad en torno a las parroquias; y es que los sacerdotes quieren quedarse con su gente, aun cuando son objetivo de secuestros.
¿Y en los demás países africanos?
Estamos muy preocupados por la República Democrática del Congo, donde la situación puede estallar en cualquier momento. Allí, los países de esa parte del continente africano y decenas de grupos armados luchan por los recursos naturales y hunden en la miseria a la población local. Las elecciones presidenciales y legislativas han estado marcadas por la violencia. Debemos rezar.
¿En qué regiones del mundo prevé que se centrará principalmente la ayuda de ACN en 2024?
Seguiremos muy centrados en Oriente Próximo, debido a la situación tan inestable y a nuestra preocupación porque más cristianos abandonen la región; en Ucrania, porque no hay indicios de que la guerra vaya a terminar; en Myanmar, donde observamos con preocupación el empeoramiento de la violencia y de la situación humanitaria; luego, en la región del Sahel: Nigeria, Níger, Malí, Burkina Faso.
Y, por supuesto, no debemos olvidarnos de Latinoamérica, donde están sembrando mucho resentimiento contra la Iglesia, a pesar de su destacado papel en la sociedad en el ámbito de la educación, la sanidad y la enseñanza social de la Iglesia. Nos preocupa especialmente Nicaragua, donde decenas de sacerdotes fueron detenidos a lo largo del año pasado. Recientemente, la gran mayoría han sido liberados, pero un obispo permanece en prisión y otro ha sido detenido hace sólo unos días. ¿Dónde irá a parar todo esto? Sólo Dios lo sabe.
Una de las prioridades de ACN es la ayuda espiritual a través de la oración ¿Cuál es su importancia?
Para nosotros, la oración ocupa el centro de lo que hacemos, es extremadamente importante. Hay países en el mundo donde puede resultar difícil prestar ayuda material o donde la situación es tan mala que no nos permite enviar ayuda, pero lo que sí podemos hacer es activar al maravilloso grupo de nuestros benefactores, que son una verdadera central de oración, y a los que siempre pedimos que recen por la Iglesia perseguida y necesitada. Haremos todo lo posible por preservar y alimentar esta ayuda espiritual.
En cuanto a noticias y acontecimientos positivos, ¿qué destacaría de 2023?
Gracias a la generosidad de nuestros benefactores, este año habremos apoyado entre 5.500 y 6.000 proyectos en el mundo entero, y eso es algo muy positivo. Haber podido realizar tanta labor de nuevo este año, a pesar de la coyuntura económica, es una muy buena noticia.
Además, este año ha confirmado que algunas de las iniciativas que llevamos a cabo desde hace varios años, como el Informe sobre Libertad Religiosa y la iniciativa del Red Week (Semana Roja), han ido creciendo. Así, muchas parroquias se están uniendo a la iniciativa, y edificios políticos se iluminan de rojo, al igual que los edificios de la Iglesia; es realmente impresionante. Cada vez hay más gente que se suma sin que lo sepamos; simplemente, toman la iniciativa y actúan.
Otra campaña que me gusta resaltar es la de ‘Un millón de niños rezando el rosario’, que celebramos cada 18 de octubre. Nuestro objetivo siempre ha sido llegar al millón, y este año lo hemos superado. Creo que es una gran noticia que un millón de niños de todo el mundo recen por la paz el mismo día.