Los mártires egipcios se convierten en símbolo de ecumenismo y amistad entre ortodoxos y católicos
Los veinte mártires egipcios y uno ghanés asesinados por militantes del Estado Islámico en Libia en 2015 serán conmemorados en el calendario litúrgico de la Iglesia católica, convirtiéndose así en los primeros santos venerados por ambas Iglesias desde su separación a raíz del Concilio de Calcedonia del año 451 d.C.
En 2015, cuando fueron asesinados en una playa libia de Sirte por miembros del Estado Islámico, veinte cristianos egipcios y un cristiano ghanés se convirtieron en símbolo de la persecución que los musulmanes radicales llevaban a cabo contra los seguidores de Jesús en todo Oriente Próximo. Ahora, ocho años más tarde, también se han convertido en un símbolo de ecumenismo y amistad entre la Iglesia católica y la Iglesia copta ortodoxa, separadas oficialmente desde hace más de 1.500 años.
Durante una visita a Roma del Papa Tawadros II, cabeza de la Iglesia copta ortodoxa, el Papa Francisco dijo: “Estos mártires fueron bautizados no sólo en el agua y el Espíritu, sino también en la sangre, sangre que es semilla de unidad para todos los seguidores de Cristo. Me complace anunciar hoy -con el consenso de Su Santidad- que estos 21 mártires serán incluidos en el Martirologio Romano como signo de la comunión espiritual que une a nuestras dos Iglesias”.
Los mártires de Sirte serán recordados el 15 de febrero -fecha de su muerte- en ambos calendarios, lo que los convierte en los primeros santos venerados por ambas Iglesias desde su separación a raíz del Concilio de Calcedonia de 451 d.C.
Se sabe que veinte de los nuevos mártires eran egipcios copto-ortodoxos. No ha sido posible averiguar la afiliación religiosa del vigésimo primero, un ghanés secuestrado junto con los egipcios, pero su nombre, Mateo, indica que probablemente se crio como cristiano. Además, se asegura que, cuando sus verdugos le preguntaron, insistió en que era cristiano y no musulmán.
“Su muerte nos llena de orgullo”
A estos hombres secuestrados a principios de 2015 por miembros del Estado Islámico en Libia, donde trabajaban, les ofrecieron múltiples oportunidades de renunciar a su fe para salvar sus vidas.
“Rezamos durante catorce, quince días para que no renunciaran a su fe. Podrían haberse convertido al Islam y salvar así sus vidas, pero, no obstante, eligieron a Jesús a sabiendas de que eso significaba morir”, dijo el metropolita Paphnutius, obispo de Samalut, la diócesis de la que procedían la mayoría de los mártires, durante una visita de ACN en octubre de 2015. “De Alejandría a Asuán, en todo Egipto, los cristianos se han visto fortalecidos en su fe. Además, musulmanes de todas partes nos han dicho que están orgullosos; dicen que nuestros mártires han demostrado que los egipcios somos muy fuertes. Su muerte nos llena de orgullo a todos, a cristianos y musulmanes”.
En una entrevista más reciente de ACN, la madre de Samuel (22 años) y Beshoy (24), dos de los 21 asesinados, declaró: “Soy madre de mártires y estoy orgullosa de ellos. Mis hijos interceden por mí y por su padre en el cielo”. Pidiendo que fuera identificada como “madre de mártires”, dijo que reza por los seguidores del ISIS y que pide “a Dios que les dé la luz y les abra los ojos a la verdad y al bien”.
El santuario en Egipto dedicado a estos mártires documenta los milagros atribuidos a su intercesión, y el clérigo a su cargo, P. Abu Fanus Unan, ha dicho a ACN que muchas personas se han bautizado y convertido en cristianos, gracias a su ejemplo. “La Iglesia copta sobrevive gracias a la sangre de sus hijos”, ha afirmado el sacerdote.